Soltar amarras - Nené Manera
En Soltar amarras, Nené Manera retorna a sus personajes Sin fronteras, aquella desgarradora saga de inmigrantes sobrevivientes de la guerra y del horror de la Europa de la mitad del siglo pasado.
Se acerca más a la Córdoba de hoy, aunque la escuelita donde Laura ejerce feliz su magisterio es semi rural, todas las mañanas le regala sus aromas de tierra fértil, mientras ella vive con pasión su feliz matrimonio con Nicolás.
Los frutos de aquel barro pastoso e inmundo del nazismo son estas flores que avanzan hacia su destino, lleno de contrariedades, claro está.
Es la vida y, como en la etapa anterior, se encuentra Nené Manera, agazapada y testimonial, intentando no ensuciar ese romanticismo con escenas impúdicas pero al mismo tiempo dejando la sensación frente a lo erótico, del amor corporal, físico, decisivo.
La Córdoba de Soltar amarras, ya es otra, más elegante, más mundana, menos pueblerina que aquella a la que llegaron los ancestros de Laura y Nicolás.
Nené, la infatigable Nené, luchadora incansable por la vida no se resigna a callar, junta las letras, pone las palabras que nombran y las hilvana con sencillez, en lenguaje coloquial, sin otra pretensión que trasmitir sensaciones, impulsos que hacen vibrar los cuerpos y los corazones.
Su mérito es ése: unas ganas de vivir que se traga vientos junto con los dolores, elude las zancadillas del tiempo y revive con intensidad, a través de sus personajes, intensos y vitales como ella.
Este libro es un milagro más de Nené. Como tal hay que vivirlo, como tal debe ser leído y disfrutado, como un tributo literario a la vida.
Seguí el orden de la saga
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